viernes, 3 de octubre de 2014

Duro informe de la CGT oficial sobre la educación


Cuestiona el incumplimiento de acuerdos y pide más presupuesto; Caló se enojó por la baja de "los Gordos"
Por Nicolás Balinotti  | LA NACION

La reunión de la cúpula de la CGT oficialista se pareció a una escupidera de lamentos. Como en los últimos encuentros, hubo quejas por los ninguneos del Gobierno, críticas por la escalada inflacionaria, preocupación por el avance de los despidos y suspensiones e inquietud por el desfinanciamiento de las obras sociales sindicales. Pero ayer, a diferencia de otras veces, surgió otro tema que tensa aún más el vínculo de los gremios afines con la Casa Rosada: la educación.
El secretario de políticas educativas de la CGT, Sergio Romero, presentó ante sus colegas un informe con duros cuestionamientos al Gobierno por no cumplir con diferentes acuerdos, desde salariales hasta metas educativas. Lo leyó en voz alta ante sus colegas y le entregó una copia a Antonio Caló, el jefe de la central oficialista.
El documento, que se titula "Contrasentidos", tiene nueve puntos en los que marca sus críticas. Entre lo más destacado, acusa al ministro del área, Alberto Sileoni, de excluir a los gremios del Consejo Federal de Educación y de no cumplir con el acta paritaria de este año, en la que se comprometió a elaborar un convenio colectivo para los docentes.
También hay reclamos salariales, como que el 1°de enero de 2015 el sueldo básico del docente será menor al salario mínimo, vital y móvil, que por entonces alcanzará los $ 4716] Y un pedido que se comparte en otros sectores públicos: "Igual remuneración, por igual tarea". Además, se pidió mayor estabilidad laboral.
En lo netamente educativo, Romero apuntó sus críticas a la falta de criterios comunes. "Conviven en el país un sinfín de normas diferentes en cuanto a carga horaria, incompatibilidad horaria y de cargos, funciones docentes, regímenes de licencias, cantidad de alumnos por aula", escribió en el documento. Y ejemplificó: "En algunas jurisdicciones el primario y secundario es de seis años cada uno, mientras que en otras es de siete y cinco. Esto es un claro resabio de la década de los 90". Y añade otra preocupación: hay unos 600.000 analfabetos.
Romero, a través de la CGT y de su gremio, la Unión Docentes Argentinos (UDA), exigió un aumento del presupuesto para la educación. Propuso elevar del actual 6% del PBI a un 8,5% y sugirió dividirlo en dos: una caja que subvencione a la educación pública y otra para el nivel universitario. Hizo también el pedido de manera formal en el Congreso.
Del informe de UDA salió un dato preocupante. El 73% de 8800 docentes consultados en 16 provincias diferentes admitió ser testigo de un hecho violento en la escuela. Y el 94% dijo que las causas serían externas al ámbito escolar. "El ministerio abordó tímidamente el tema brindando una guía que ni siquiera se distribuyó en todas las escuelas", sostuvo Romero a LA NACION.
Previo a la presentación del informe sobre educación, Caló tomó la palabra y abrió el debate dentro de la CGT. Furioso como pocas veces, el metalúrgico se quejó por las numerosas ausencias en la reunión que habían convocado él y el taxista Omar Viviani, el anfitrión del encuentro de ayer.
Caló sospecha que hay dirigentes que pretenden minimizar su liderazgo al frente de la central y provocarle un vacío de poder. Atribuye las diferencias a cuestiones políticas-electorales. Cuestionó los faltazos del sector de "los Gordos" (representantes de los grandes gremios) y de los "independientes", cuyo referente, el estatal Andrés Rodríguez, participó apenas unos minutos del cónclave.
En la cumbre, Caló autorizó al diputado Alberto Roberti (Frente Renovador) para avanzar en un proyecto de ley para intentar una modificación en las escalas del impuesto a las ganancias, un viejo reclamo sindical que aún no tuvo eco en los despachos oficiales.

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