lunes, 13 de febrero de 2012

Desde el 1º de febrero - IOMA
Más beneficios para los afiliados: importante aumento en la cobertura de medicamentos ambulatorios
La actualización de valores en la cartilla de medicamentos se elaboró en base a un criterio sanitario y según datos de consumo arrojados por evaluación estadística: los fármacos de estos rubros son los más requeridos por el universo afiliatorio de la Obra Social.
Con esta medida el IOMA toma el compromiso de atenuar la incidencia del costo de medicamentos en el bolsillo de los afiliados, llegando –en algunos casos- a cubrir el 100% del valor de la droga recetada.  Por ejemplo, en una prescripción de Amoxicilina 500, 16 comprimidos, la cobertura alcanzaba el 35% del valor de la marca más vendida. Ahora IOMA costea el 61%. 
“Cabe destacar que los porcentajes de cobertura dependerán también, en gran medida, de la marca que elija el paciente en el momento de la compra. Ya que este acto puede hacer variar la cobertura hasta alcanzar un porcentaje del 100%, no pagando así absolutamente nada. Nosotros como Obra Social debemos considerar que las realidades de las familias son distintas, al igual que los poderes adquisitivos, por eso nuestro sistema de cobertura habilita el dialogo entre médico y paciente, en la búsqueda de la mejor opción, acorde a las posibilidades económicas de cada uno”, indicó el presidente del IOMA, Antonio La Scaleia.
Si el afiliado tuviera, por dar otro ejemplo, que consumir Ibuprofeno, droga utilizada como antiinflamatorio, analgésico y anti térmico, concretamente usada para fiebre, dolores articulares, odontológicos, lumbalgias y todo tipo de dolores post traumáticos, IOMA a partir de hoy cubre el 84%. Antes sobre este medicamento cubría un promedio del 38% sobre el más vendido.  Otro caso ilustrativo, es el Omeprazol, un antiácido utilizado para casos de afecciones gastroduodenales, como por ejemplo gastritis, duodenitis, ulceras gastroduodenales y hernias hiatales con reflujo, cuya cobertura anterior era del 59% del valor de venta, ascendiendo actualmente al 70%. 
Consultado sobre la cobertura del IOMA en materia de medicamentos y la obligación que tienen los profesionales de la cartilla de prescribir usando el nombre genérico, el Prof. Dr. Osvaldo H. Farina,  titular de la Cátedra de Farmacología Aplicada (UNLP), explica lo siguiente: “El nombre de un medicamento es lo que se denomina genérico; un ejemplo es la Amoxicilina. Los laboratorios fabrican este genérico y le asignan un nombre de fantasía. En este contexto, el profesional, por ley, debe prescribir el medicamento por el nombre genérico, porque eso será lo que le permita al afiliado escoger la marca y, por consiguiente, el precio que pueda pagar”.
IOMA tiene lo que se denomina una cobertura de “monto fijo”, por lo que si el afiliado elije el producto comercial de menor valor aumenta significativamente su cobertura, pudiendo alcanzar el 100% del precio total del medicamento.
“Si la pregunta que se hace un afiliado –se explaya el Dr. Farina-, es si hay alguna diferencia entre un nombre de fantasía y otro, la respuesta es no, porque tiene la garantía de los entes reguladores de que el genérico elegido está apegado a la ley. Y en el caso que el médico observara alguna problemática, corresponde que automáticamente realice la denuncia a farmacovigilancia para que eso se investigue. Caso contrario no hay ningún fundamento que establezca que el producto del laboratorio A, que vale 5 veces más, es mejor que el B, posiblemente más barato.” 
En el mismo sentido, el doctor Ricardo Ferrari, del Departamento de Farmacología de la Universidad de Buenos Aires, resaltó que “el avance sobre los genéricos facilita el acceso a los medicamentos”, ya que reduce sensiblemente los costos. También está ligado a un cambio cultural, o de costumbres:“Es paulatino –opina Ferrari- cuando la gente comprueba que el producto es efectivo por su principio activo y no por su marca; hay una recomendación clínica y el Estado acompaña con políticas concretas, de a poco se va a volcar a estos productos”.
Reciben así un nuevo impulso los laboratorios nacionales –que han avanzado, por ejemplo, en la elaboración de drogas para VIH a un alto nivel de competitividad -y las farmacias que producen distintos medicamentos de venta libre, lo que repercute directamente en el acceso de la población a productos literalmente vitales.


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